Santiago Mateu i Pla. El dibujante que amaba Girona

Santiago Mateu i Pla, La Devesa (1917). Pluma sobre papel, 20 x 30 cm. Museo de Arte de Girona, N° Reg. 250.244

Santiago Mateu i Pla (Malgrat de Mar, 1891-Badalona, 1935) es un artista prácticamente desconocido pero de un valor considerable en el campo del dibujo, en el que llegó a forjarse un estilo personal y una cierta notoriedad.

Esta es la primera exposición monográfica que se le dedica, después de que un estudio de la historiadora del arte Núria Casals haya permitido conocer su biografía y localizar una cantidad considerable de sus obras. La exposición proviene del Museo de Badalona, que conserva doce dibujos del artista, mientras que el Museu d’Artçe de Girona, ciudad con la que el artista tuvo una intensa relación, custodia también varios de ellos.

Mateu i Pla se formó como dibujante en la escuela municipal de la calle Guifré de Badalona, donde estudiaba, y más adelante en la academia que el pintor Eduard Flò tenía en la ciudad.

A partir de 1912 expuso en Malgrat, Badalona, Barcelona, Girona, Reus y Figueres. Pese a haber pintado también algunos óleos, se dedicó básicamente al dibujo a la pluma y al carbón, con obras que le valieron el elogio de algunos críticos, principalmente de Joan Sacs (Feliu Elias). También mereció algunas distinciones, como las que obtuvo en 1931 en un concurso coordinado por el Centro Excursionista de Cataluña en el marco de un proyecto de estudio de la masía catalana.

La temática de su obra se centró en las vistas urbanas ―con una especial predilección por Girona―, las marinas, los jardines, las masías y los paisajes en general. Partiendo de formas académicas, su estilo fue evolucionando, especialmente a partir de 1915, hacia trazos muy libres y espontáneos. En torno a 1920 también empezó a practicar un tipo de dibujo detallista y minucioso.

Casado con Josepa Bori, hija de Antoni Bori i Fontestà, se integró en el ambiente cultural de Badalona, donde vivía desde 1901, y colaboró en publicaciones locales tanto con dibujos como con escritos. También aparecieron artículos suyos en la prensa de Girona, especialmente en El Autonomista, el periódico republicano que dirigían los hermanos Darius y Carles Rahola, en el que publicó ante todo textos dedicados a artistas contemporáneos catalanes, como los caricaturistas Lluís Bagaria y Feliu Elias (Apa) o los pintores gerundenses Manuel Pigem i Ros y Josep Gelabert, entre otros. Mantuvo una interesante correspondencia con Carles Rahola, con quien tuvo el proyecto de ilustrar un libro suyo con dibujos de paisajes gerundenses. No obstante, finalmente el proyecto no llegó a materializarse, quizá a causa de la muerte del artista.

Su desaparición prematura en 1935 y la circunstancia de que no se hubiera profesionalizado como dibujante, junto con el corte que supuso la Guerra Civil, hicieron que cayera en el olvido.