Feresa de silenci. Les artistes a la revista Feminal (1907-1917)

 

Fechas: Del 22 de octubre de 2022 al 26 de febrero de 2023

Inauguración: Sábado 22 de octubre, a las 12 h

Comisariado: Elina Norandi

Producción: Museu d’Art de Girona

Presentación

Pilar Montaner i Maturana. Al lado del biombo [La modela o Sa Pollencina]. 1908. Colección particular

Feminal fue la primera revista dirigida y escrita por mujeres que vio la luz en Cataluña. De periodicidad mensual, se editó en Barcelona como suplemento de La Ilustració catalana, de 1907 a 1917. Fue impulsada por mujeres procedentes del ámbito burgués y católico, y se inspiró en algunas revistas parecidas que, bajo la influencia del sufragismo, se editaban en las grandes ciudades europeas. En casi todos los números de la revista, solían estar presentes las artes plásticas, ya sea con artículos dedicados a exposiciones de artistas del momento, ya sea con reportajes monográficos sobre alguna de ellas. Se citaron en ella más de setenta artistas, catalanas y europeas, la mayoría pintoras, pero también escultoras, cartelistas, ilustradoras y, en menor medida, exlibristas, esmaltadoras o fotógrafas.

Esta exposición recupera cerca de una veintena de artistas, con obras procedentes de museos nacionales e internacionales y colecciones privadas. En muchos casos, solo sacamos a la luz y exponemos una, dos o tres obras de unas artistas de las que quizá nunca más sabremos nada. Pero la importancia estriba en mostrar que, a pesar de todos los obstáculos, cada una de ellas supo crear su espacio de libertad donde desarrollar sus aspiraciones artísticas, y Feminal fue uno de estos espacios, en el que se apoyaron mutuamente y encontraron las fuerzas y el apoyo que la sociedad todavía no les ofrecía.

Con esta exposición queremos invitaros a reflexionar sobre las razones que hacen que una generación de mujeres artistas desaparezca de nuestra historia del arte y la necesidad de hacerlas presentes y entrar en diálogo desde el momento actual. Al mismo tiempo, quiere ser un reconocimiento al trabajo fundamental de las historiadoras y los historiadores que han empezado a arrebatarlas del silencio en que habían caído.

La muestra está dividida en tres ámbitos expositivos. En el primero, se desarrolla un discurso sobre las pocas artistas que aparecen en la publicación y que ya han sido abordadas en textos y exposiciones, reconociendo su trabajo fundamental. En el segundo ámbito, la narrativa de la muestra nos lleva a conocer a las artistas que, por varios motivos, tienen obras poco conocidas o que apenas se conservan; también aquellas de las que tenemos algunos trabajos —textos o exposiciones—, pero no suficientes para que pueda considerarse que han sido estudiadas a fondo. Por último, nos adentramos en tres historias particulares; se trata de mujeres cuyas obras se han conservado en la intimidad de los hogares de sus descendientes, lo que ha favorecido que podamos conocer un mayor número y mostrarlas.

L’estrella, Dolors Monserdà

«La nit ha cobert la terraamb son mantell de foscor,amb feresa de silencii amb feresa de remors.Tot un món ple de misteris’aixeca d’un món que dorm,i l’esperit de les serresper la buidor se remou.Amb l’aleteig de ses alescolors i perfils confon;posant encisants aromes dins cada flor que desclou.
Bo i saltant la meva nétam’ha volgut seguir a l’hort;plançonet de nou anyadesfrisa per saber-ho tot.Los secrets de l’esteladali tenen robat lo cor;i es deleix per veure el Carrodibuixat amb punts de foc.Lo bell Camí de Sant Jaumel’encisa amb sos resplendors;mes la seva enamoradaés l’Estrella del Pastor.
Tot mirant les meravellesque del cel la volta enclou,un estel l’ha traspassadacom un coet volador.La nena tota tremolai em diu encesa de goig:-Àvia ¡és l’infant que ens enviades del cel Nostre Senyor! «

Insubmissió (1947) Dolors Monserdà

No vull que em segresteu el pensament
dintre de fets o fórmules pactades;
vull, com les aus, les ales lliberades
per volar en tot moment,
ara a dreta, ara a esquerra, per l’espai
ple d’infinites rutes invisibles;
no hi vull destorbs forans, límits noïbles
que a bestreta m’imposen un camí.

Vull ésser plenament mestre de mi
i no un esclau de forces alienes,
en tant que humanes, míseres, fallibles;
vull les facultats plenes
servar de mon privat discerniment
i en mi respectar furs
que en els demés respecto sens protesta.

Anorreada o xalesta,
amb jorns plàcids o durs,
vaig rebre de Déu la meva vida
i comptes sols a n’Ell li’n vull donar
i sols d’Ell vull estar a l’alt manar
i sols d’Ell rebre lleis i pauta i mida,
sense manifassers per entremig
que amb matusser trepig
de mes oracions la pau violin
i que mentre ells volin
a mi vulguin privar-me de volar.

Qui per son diví antoix me va crear,
alhora performava mon destí;
i així, del Qui
per mi és tot jo i jo tot d’Ell
sols vull sofrir el rigorós cinyell,
sols vull estar al franc servir,
del jorn de ma naixença
fins al jorn de morir.

LOS SILENCIOS ROTOS

La búsqueda de algo perdido es, sin duda, el origen de la memoria.
María Zambrano

Algunas artistas, todavía pocas, han roto el silencio y empiezan a ser reconocidas. Es el caso de Lluïsa Vidal, Lola Anglada, Pepita Teixidor o Laura Albéniz. Todas ellas pudieron convertirse en profesionales porque, en lugar de encontrar obstáculos o limitaciones en el seno de la familia, gozaron de su apoyo o simplemente no se casaron ni tuvieron hijos. De jóvenes, pudieron trasladarse a París, lugar imprescindible del arte en aquel momento para continuar formándose. La ciudad les abrió un nuevo mundo, pudieron experimentar la vida en soledad, ganaron seguridad personal y se introdujeron en los ambientes más nuevos del arte, que sin duda alimentaron su talento. Por otra parte, el número considerable de obras suyas que se ha conservado ha facilitado su estudio y su posterior difusión.

Lola Anglada, Deporte terrestre (bicicleta) (c. 1911). Tinta y acuarela sobre papel, 50 x 78,5 cm. Fundación Barcelona Olímpica – Museo Olímpico y del Deporte J. A. Samaranch. Fotografía: FotoGasull
Pepita Teixidor, Cardos (1906). Acuarela sobre papel, 48 x 37 cm. Colección particular. Fotografía: FotoGasull

MURMULLOS EN EL SILENCIO

L’oblit és una forma de mentida.
Svetlana Aleksiévitx

Cal registrar totes aquestes vides infinitament fosques.
Virginia Woolf

El hecho de que un artista, hombre o mujer, pase a formar parte de la historia del arte después de su muerte depende de la suma de muchos factores que se entrecruzan y se retroalimentan: que haya tenido un recorrido histórico de exposiciones; que tenga una fortuna crítica; que se conserve un conjunto de obras considerable y en buen estado en colecciones privadas, museos o fundaciones, y que como mínimo algunas de ellas estén expuestas; que se publiquen artículos y ensayos sobre su obra y, a ser posible, se disponga de un catálogo razonado; que se le dediquen exposiciones antológicas o colectivas, con las catalogaciones respectivas y, además, que goce de una buena cotización en el mercado.

Ninguna de las artistas de Feminal gozó de estas circunstancias, ni siquiera antes de morir. La subordinación del género femenino, durante siglos, impidió, en vida y después de su muerte, que estos factores de éxito se reuniesen felizmente en la mayoría de los casos. Muchas de estas mujeres abandonaron sus carreras para casarse o tener descendencia y otras se
desanimaron a causa de la fuerte presión ejercida sobre ellas por una crítica totalmente misógina y llena de prejuicios, que juzgaba sus obras siempre en relación con su género.

Posteriormente, la historia del arte tampoco las tuvo en cuenta.

Juliette Wytsman, Manzano en flor (1906). Óleo sobre lienzo. 101 x 121 cm, Museum voor Schone Kunsten, Gant (Bélgica). Fotografía: www.artinflanders.be. Photo Hugo Maertens
Juliette Wytsman, Manzano en flor (1906). Óleo sobre lienzo. 101 x 121 cm, Museum voor Schone Kunsten, Gant (Bélgica). Fotografía: www.artinflanders.be. Photo Hugo Maertens

UN SILENCIO ÍNTIMO

No vull que em segresteu el pensament
dintre de fets o fórmules pactades;
vull, com les aus, les ales lliberades
per volar en tot moment,
ara a dreta, ara a esquerra, per l’espai
ple d’infinites rutes invisibles […].

Caterina Albert (Víctor Català): «Insubmissió»

Preservar la memoria de la artista depende, la mayoría de las veces, de que sus descendientes amen el arte y quieran conservar las obras; pero por desgracia no siempre es posible: los cambios de residencia, el poco reconocimiento de la antepasada o simplemente la falta de recursos económicos o de espacio han provocado que las obras acaben malvendidas o, en el peor de los casos, tiradas a la basura. Pero también hay familias que han guardado y cuidado obras y recuerdos con cuidado y cariño, independientemente del renombre de la artista y
de su valor en el mercado. Estas familias llevan a cabo un trabajo silencioso pero imprescindible que generalmente no se ve recompensado con ninguna ayuda ni atención pública.

Esperan que alguien, desde la historia del arte, se interese por romper el silencio y ver aflorar la vida y las obras que han conservado. Es el caso de tres artistas que, como ejemplo, presentamos en la muestra: Francisca Rius i Sanuy, Aurora Folquer y Pilar Montaner.

Francisca Rius i Sanuy, Azucena (1914). Gouache sobre papel. 66 x 40 cm, Colección particular
Francisca Rius i Sanuy, Estudio de magnolia (c. 1912). Tinta y gouache sobre papel. 36,3 x 22 cm. Colección particular
Ir a la parte superior de la página Ir a la parte superior de la página
Ir a la página de venta de entradas Ir a la página de venta de entradas Entradas Ir a la página del formulario para recibir el boletín Ir a la página del formulario para recibir el boletín Newsletter Ir a la página del formulario de contacto para enviar un mensaje Ir a la página del formulario de contacto para enviar un mensaje Contacto

A Reducir tamaño de fuente. A Restablecer tamaño de fuente A Aumentar tamaño de fuente.